Los límites que pone la mente
humana, son los peores consejeros que te puedes encontrar cuando estas en tiempo de tener que
avanzar. Intentamos luchar en contra de esos fantasmas que son el “miedo” con un "hazlo". Sí, hemos tenido que afrontar varios miedos, quitarnos la vergüenza de
encima y hacer cosas que nunca habíamos hecho antes por la causa. Para
conseguirlas, hay que crear efecto y no nos podemos dejar vencer por la timidez,
ni por la comodidad que nos dé nuestra área de confort.
Cuando estaba en activo, era una
persona muy abierta y sociable, hacia las cosas por pura inercia y no me daba
cuenta de ellas, es ahora, cuando me estoy dando cuenta que hay ciertos valores
que se pierden, la falta de confianza, pero cualquier persona que me lea, que
esté en la misma situación, me entenderá, y aunque no paro de hacer cosas, soy
sincera y digo, que aunque parezca mostrar una imagen segura con mi mejor
sonrisa, a veces esas inseguridades aparecen. Te dicen que es bueno que asistas
a eventos, a networking, que amplíes los contactos, pero todo lo que hacía
antes sin pensármelo dos veces por mi trabajo, ahora me cuesta el doble. He de
empujarme, ser constante e intentar tapar las malas noticias y el cansancio con
una buena cara. Las cosas hay que hacerlas, aunque nos cueste un mundo. Es
posible, que el que me lea piense, menuda estupidez, pero creo que es algo que
hemos pensado y pasado casi todos, porque la situación lo da, llegan momentos
de desesperanza y piensas que nunca llegará el momento.
Miras a tu alrededor y las
empresas luchan por mantenerse a flote, los trabajadores que aún conservan sus
puestos de empleo hacen malabarismos por aguantar el equilibrio entre lo
complicado que se ha convertido su ambiente laboral, a veces irrespirable, por
intentar mantenerlo y no perderlo. He podido hablar con empresas que se quedan
quietas a esperar a que el temporal pare, cambie y mejore. Nadie se hace
responsable porque los departamentos empiezan a fallar, porque empieza haber
ruido en la comunicación de la organización y casi nadie, mueve un dedo, así no
saldremos de esta. Los estados de ánimo se contagian y los ambientes negativos absorben
a los pocos que quedan con espíritu de lucha, porque estamos en España, y vivir
ahora mismo la que nos está cayendo a todos, no es fácil para nadie. Aún
quedan los valientes que se ponen la careta para mostrar su mejor sonrisa, pero
no nos engañemos, sacan el esfuerzo de donde pueden, porque la crisis nos ha
azotado a todos con la mano abierta.
Nuestra labor es unirnos a esas
personas que hacen un esfuerzo extra por dar la mano y tirar porque las cosas
cambien, no en destruir con críticas destructivas y de escepticismo de ¿para
qué? ¿Para qué vamos a ayudar, apoyar... si tiene los días contados? No anticipemos
el fin de una película cuando todavía no ha terminado, no contribuyamos a echar
más agua al barco mientras otros reman.
Desde que comenzamos con la
iniciativa “No quiero ser portada de los lunes al sol” siempre hemos sido
conscientes de que es una carrera de fondo, a veces complicado, porque los
resultados no llegan de la noche a la mañana y las personas exigen ver
resultados para creer. Sabemos que la constancia siembra para recoger los
frutos, al menos la experiencia nos está ayudando para mantenernos en activo,
porque pensamos como empresa, tenemos compañeros, sacamos un trabajo a diario,
aportamos ideas, buscamos la mejora de la iniciativa, solicitamos
colaboraciones e intentamos participar en todos los eventos que nos ofrecen.
Quizás, hoy en día no se aprecie el esfuerzo, pero os puedo garantizar que
damos más del 100% para que "esto" siga hacia adelante.
Conocemos la situación de primera mano, somos sufridores y llevamos en nuestro interior la tristeza que deja la huella del desempleo. Intentamos llevar una actitud positiva porque pensamos que es la mejor forma de poder sobrellevarlo, pero no confundamos, cada mañana pintamos la tristeza con sonrisas, hay días que lloramos, hay días que lo pasamos mal, pero nos maquillamos la cara con el mejor color para decir “sí se puede” porque sabemos que cada día, a cada uno, le llegará su lugar y su oportunidad.
Conocemos la situación de primera mano, somos sufridores y llevamos en nuestro interior la tristeza que deja la huella del desempleo. Intentamos llevar una actitud positiva porque pensamos que es la mejor forma de poder sobrellevarlo, pero no confundamos, cada mañana pintamos la tristeza con sonrisas, hay días que lloramos, hay días que lo pasamos mal, pero nos maquillamos la cara con el mejor color para decir “sí se puede” porque sabemos que cada día, a cada uno, le llegará su lugar y su oportunidad.
Estuve hace poco en la
presentación de un libro que, para mí, es un claro ejemplo de ayuda para las
personas que se encuentran en una lucha diaria para conseguir los objetivos, para
hacer realidad su sueño de mejorar y alcanzar la meta. Se titula “Aprendiendo
de los mejores” de Francisco Alcaide Hernández.
En el evento, pude tomar nota
sobre las 10 actitudes que suelen tener las personas que consiguen el éxito, Francisco Alcaide, después de estudiar el
comportamiento de los mejores. Espero haber tomado correctamente los apuntes y
no haberme equivocado con las anotaciones, (admito correcciones del propio autor) aquí va mi pequeño resumen:
- Saben lo que quieren. Cuanto más específicas son nuestras metas, la mente lo capta con más claridad.
- Son personas de Acción. El secreto de comenzar es avanzar. El tiempo corre, se agota y no se puede recuperar.
- Son disciplinadas. Hacer las cosas aunque no apetezca hacerlas.
- Foco. No desvían el foco de su máxima prioridad.
- Personas pacientes. Nunca pierden de vista la cima.
- Autorresponsabilidad.
- Determinación. Decidir por adelantado que pase lo que pase van a seguir adelante.
- Son personas mentalmente sanas.
- Personas que se mueven en los círculos adecuados. Aprender de los mejores (evitar todo círculo tóxico y dañino)
- Actitud de mejora continua.
Y termino con una parte de la
introducción del libro:
No te rindas jamás. Lo peor que
te puede pasar en la lucha por tus metas es que te vengas abajo y desistas, que
te des por vencido. Hay un momento en la vida en que se cambia para mal: cuando
uno se resigna. Nunca, nunca, nunca pierdas la FE (con mayúsculas). A lo largo
del camino hay muchos momentos de desesperación, de dudas, de bajones
emocionales. Asúmelo como parte del proceso. No te detengas y sigue. Tus
probabilidades de éxito aumentan cada vez que insistes. El trabajo más duro es
no rendirse. Francisco Alcaide Hernández.
Hotel Hesperia Madrid |
Fue un placer desvirtualizar a Andres Ortega @ander73, Sonia Ruiz Moreno @soniaruizmoreno, Paz Garde @pazgarde, Juan Carlos Barceló @juancbarcelo, Laura Chica @Laura_Chica, Elena Garcia Pont @ElenaGarciaPont, Alberto Vaca Escribano @albacaescri, y por segunda vez encontrarme con Andrés Pérez Ortega @marcapersonal (le conocí en la presentación de su libro #tevanaoir). Gracias por todo el cariño y las risas.
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